jueves, 12 de diciembre de 2013

Vos controlas tu vida.

Pues, no es como que este pasando por un momento de desamor, aunque ya lo viví y lo viví muy bien, y por lo mismo que he salido de eso, es que me senté a escribir esto y pensar ¿quién controla tu vida? ¿y por qué alguien controla tu vida?¿quién te hace sufrir? ¿quién te rompe el corazón? ¿quién te lastima? ¿quién te roba la felicidad o te quita la tranquilidad? ¿papás? ¿pareja? ¿un examor? ¿amigos? ¿tu jefe?...

Podríamos hacer una lista de todos los que creemos que son los culpables, una larga lista. Probablemente sea lo más fácil, culpar siempre a alguien más, sólo es cuestión de pensar un poco e ir nombrando a todas aquellas personas que no te han dado lo que te mereces, que te han tratado mal o simplemente se han ido de tu vida, con el corazón roto y un profundo dolor que hasta el día de hoy no se entiende y aún se siente.

Y la verdad, no necesitamos buscar nombres, la respuesta es más sencilla de lo que parece, y es que nadie te hace sufrir, te rompe el corazón, te daña o te quita la paz. Nadie tiene la capacidad a menos que vos lo permitas, le abras la puerta y le entregues el control de tu vida.

Llegar a pensar con ese nivel de conciencia puede ser algo muy difícil, pero no es tan complicado como parece. Se vuelve mucho más sencillo cuando comprendemos que lo que está en juego es nuestra propia felicidad, y definitivamente el peor lugar para colocarla es en la mente del otro, en sus pensamientos, comentarios o decisiones.

Y pasa que sufrimos no por lo que nos pasa, sino por lo que interpretamos o asumimos. Muchas veces sufrimos por tratar de darle respuesta a preguntas que no está en nosotros contestar ¿por qué no me llamó? ¿por qué no me sonrió? ¿por qué no me dijo lo que yo quería escuchar? ¿por qué hizo lo que más me molesta? ¿por qué se me quedó viendo feo? y muchas otras que por razones que estoy segura, pensamos todo el tiempo.

No se sufre por la acción de la otra persona, sino por lo que sentimos, pensamos e interpretamos de lo que hizo, por consecuencia de haberle dado el control a alguien ajeno a nosotros. Si lo quieren ver de forma más gráfica, es como masoquismo o más claro aún, como si nos estuviéramos haciendo vudú voluntariamente, clavándonos las agujas cada vez que un tercero hace o deja de hacer algo que nos incomoda.

Lo más curioso e injusto del asunto es que la gran mayoría de las personas que nos "lastimaron", siguen sus vidas como si nada hubiera pasado, algunas incluso ni se llegan a enterar de todo el teatro que estamos viviendo.

Un ejemplo que les puedo dar de la enorme dependencia que podemos llegar a tener con otra persona es cuando hace un tiempo conocí a alguién que abiertamente me hablo de su vida y dijo:
"Necesito que "..." me diga que me quiere aunque yo sepa que es mentira. Sólo quiero escucharlo de su boca y que me visite de vez en cuando aunque yo sé que tiene otra familia, te lo prometo que ya con eso puedo ser feliz y me conformo pero si no lo hace... siento que me muero".

Que ridículo ¿realmente esa será la auténtica felicidad? ¿no será un martirio constante que alguien se la pase decidiendo nuestro estado de ánimo? Querer obligar a otra persona a sentir lo que no siente ¿no será un calvario voluntario para nosotros? No podemos pasarnos la vida regalandole el poder a alguien más, porque terminamos dependiendo de elecciones de otros, convertidos en marionetas de sus pensamientos y acciones.

Las frases que normalmente se dicen las parejass como: "Mi amor, me haces tan feliz", "Sin ti me muero", "No puedo pasar la vida sin ti", son completamente irreales y falsas. No porque esté en contra del amor, al contrario, sino porque realmente ninguna otra persona (hasta donde yo tengo entendido) tiene la capacidad de entrar en tu mente, modificar tus procesos bioquímicos y psicológicos, y hacerte feliz o hacer que tu corazón deje de latir.

Definitivamente nadie puede decidir por nosotros. Nadie puede obligarnos a sentir o a hacer algo que no queremos, tenemos que vivir en libertad, no podemos estar donde no nos necesiten ni donde no quieran nuestra compañía, no podemos entregar el control de nuestra existencia, para que otros escriban nuestra historia. Tal vez tampoco podamos controlar lo que pasa, pero sí decidir cómo reaccionar e interpretar aquello que nos sucede. La siguiente vez que piensen que alguien los lastima, los hacen sufrir o controlan su vida, recuerden: no es él, no es ella, SOS VOS quien lo permite y está en tus manos volver a recuperar el control.

"Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas: la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino" .- Viktor Frankl